La hiperhidrosis es una condición médica que provoca sudoración excesiva, incluso cuando el cuerpo no lo necesita para enfriarse. Puede afectar diversas áreas del cuerpo, como las axilas, las manos, los pies o la cara.

El Botox se inyecta en el área afectada de las axilas. La toxina botulínica bloquea temporalmente los nervios que activan las glándulas sudoríparas, reduciendo significativamente la producción de sudor. Los efectos suelen durar entre 4 y 6 meses.

Cada sesión de Botox dura entre 20 y 30 minutos, dependiendo del área a tratar. Los resultados suelen ser visibles al tercer día y su efecto máximo se logra a las dos semanas, con una reducción significativa de la sudoración.

El Botox es adecuado para personas que han probado tratamientos menos invasivos (como antitranspirantes potentes) y que siguen experimentando sudoración excesiva. También es ideal para aquellos que desean evitar la cirugía.

Después del tratamiento, los cuidados son mínimos. 

• Se recomienda evitar el ejercicio intenso o la exposición al calor (como saunas) durante las primeras 24 horas para permitir que el Botox se asiente. 

• También es importante evitar frotar o masajear el área tratada durante el mismo período.